Aparece como la principal consigna que ha abanderado este periodo de movilizaciones, contando con la aprobación de diferentes sectores, enviando cartas o afirmando abiertamente que respaldan al movimiento. (pero aquí debemos ser lo suficientemente agudos para discriminar el apoyo real de los oportunistas de siempre que usan cualquier instancia para mostrarse heroicos, instrumentalizar y sacar provecho).
Multitudinarias marchas son citadas para demostrar el descontento generalizado, frente a los diferentes problemas que afectan a una clase y que dia a dia se observa más dispuesta a accionar con fuerza y decisión, creativos eventos se instauran como un método de valida difusión para aumentar adherentes.
El temor se pierde y la proyección aumenta, en un escenario callejero en el cual las fuerzas de represión y “orden público” son ampliamente superadas, a lo que estos responden organizadamente con persecución y abuso, como lo ocurrido con el denunciado montaje de un compa en Concepción, lo ocurrido en Dichato, entre otros. Además de la siempre amarillista prensa que trata de presentarse amigable y denunciante frente a carabineros infiltrados, pero caricaturiza la manifestación realizando un paralelo entre la forma creativa de expresión (carnavalesco) y criminalizando la protesta popular.
Desde las bases se comienza a engendrar la conciencia de que las demandas responden a un problema estructural y no como hechos aislados, no se propone una equidad educativa con aumento de becas o que el fin de la injusticia social llegara con la gratuidad de esta, sino un cambio real y efectivo del modelo.
Ya entrando al tercer mes de movilizaciones y de agitación social, los oportunismos y apariciones políticas aparecen con mayor frecuencia y fuerza. Cada día que pasa observamos cómo estos dentro de la coyuntura intentan tomar protagonismo o se van afirmando mas y mas de los eventos que acontecen, validando así su imagen y posicionándose en un escenario político que les servirá como plataforma de exposición mediática, y que finalmente en un futuro no muy lejano les permitirá alcanzar posiciones influyentes y de poder.
Ha sido bajo esta lógica que durante este corto periodo de tiempo hemos visto desfilar a un sinfín de pseudolideres, políticos, estadistas, aspirantes a cargos públicos, economistas, etc., todos con el mismo fin; Dentro de ellos hemos podido ver a la disminuida y desacreditada Concertación, quienes a mas de un año de haber perdido el poder gubernamental se han pegado una voltereta olímpica poniéndose del lado del pueblo, validando y apoyando sus luchas, criticando al gobierno de turno diciendo que es por culpa de este y no de ellos (quienes tuvieron 20 años para tomar medidas en el asunto), de que el sistema educacional y político en el cual se encuentra inmerso Chile este en las condiciones en las que hoy vivimos. Así mismo, personajes de la índole de Marcel Claude o MEO, se han mostrado a favor de las demandas estudiantiles, realizando giras nacionales dando charlas y foros, defendiendo ideas como el cambio constitucional, reforma tributaria o la formación de una asamblea constituyente, entre otras, las cuales no son más que discursos bonitos que les permiten sumar adeptos para futuras presidenciales o intereses politicos. Tambien, sin ir mas lejos, nuestros aireados “lideres” estudiantiles, quienes poco a poco han ido dejando de lado las buenas intenciones y el sentido de lucha colectiva, mostrando poco a poco sus reales intenciones políticas, respondiendo a las ideas y principios de sus partidos, transformando los debates estudiantiles en verdaderas luchas ideológicas que no hacen más que desvirtuar las luchas que nos convocan, entorpeciendo y bajándole la credibilidad a estas y de la misma forma, permitiéndole a nuestros políticos y a sus medios de comunicación el mostrar una mala imagen del movimiento hacia la ciudadanía. Así podemos ver como las disputas entre los sectores del PC y otras fuerzas que intentan posicionarse en el CONFECH y sacar crédito en estas movilizaciones se manifiestan también en nuestras universidades, disputas que en nada ayudan al movimiento y a las luchas que emprende, Finalmente, la mesa que conforma el CRUCH y los intereses que este representa también han caído en la misma lógica, mientras que al gobierno y a la ciudadanía le han mostrado un rostro amable, empático y comprometido con las luchas y demandas estudiantiles, estos mismos hombres, rectores de las universidades “estatales” le han dado la espalda a los estudiantes de sus casas de estudio, se han negado al dialogo y han tratado de bajar las movilizaciones mediante pactos y negociaciones bilaterales.
A sido de esta forma, como muchos de estos oportunistas han tratado de bajarle el perfil a la movilización y a la demanda colectiva, anteponiendo sus intereses personales por sobre todo, asegurando sus futuros y pasando a llevar el real sentido de las luchas que se dan día a día. Bajo estas mismas conductas, han tratado de sacar el movimiento de las calles, del consciente colectivo y lo han tratado de llevar a un plano político más formal, donde ya se manejan y tienen experiencia, donde se validan sus instituciones y las soluciones que se pueden entregar o pactar están sujetos a los mismos parámetros y condiciones donde han estado siempre, y que jamás han respondido a las reales necesidades e intereses del pueblo, del colectivo y del ciudadano mas necesitado.
Es difícil ponerse a sacar cuentas de lo aprendido y ganado en materia organizativa, si vez que las ganas por luchar aun no se han agotado y las movilizaciones a nivel nacional aun no detienen su curso, compañeros desde los distintos liceos ya no solo emblemáticos sino también periféricos de nuestro país radicalizan aun mas las luchas incluso alcanzando la ‘’huelga de hambre’’ esto pareciera no terminar. No obstante siempre es necesario detenerse a reflexionar, recoger lo aprendido y aglutinarlo como experiencia para próximas luchas.
Es desde allí que observamos el panorama general y creemos que nuestra posición debe ser clara. El oportunismo tendrá asidero siempre y cuando nosotros seamos incapaces desde nuestras asambleas de carrera dar la discusión, generar propuestas y construir carreras organizadas para que el movimiento perdure y no sea hipotecado en salidas pactadas por mesas políticas donde los poderosos se saben mover muy bien. en lo primero que debemos tomar conciencia es que la lucha no termina con estas movilizaciones, que la verdadera democracia de los pobres la ejercimos luchando, practicando el poder popular desde los distintos lugares en donde la explotación y opresión se hace cotidiana, debido a esto consideramos ‘’balsa y trucho’’ el deseo de diversos personajes, políticos e intelectuales de trasladar estos incipientes ascensos en la lucha de los desposeídos a escenarios institucionalizados, que buscan mejorar el modelo actual que perpetua la desigualdad y nos priva de la felicidad plena, son estos mismos sectores tanto tradicionales como del nuevo reformismo ‘’progre’’ los que han instalado el discurso mediático de levantar asambleas constituyentes y plebiscitos para dar solución a problemas que en verdad son estructurales y se necesita de una real fuerza para cambiarlos.
LA LUCHA ES PA RATO, HAY QUE PREPARARSE
Muy interesante la propuesta de perpetuar el movimiento más allá de los oportunismos mediáticos, la descentralización del poder, y la toma de decisión respecto a las pertinencias locales. Sin embargo, la utilización de "significantes flotantes" como "pueblo", "opresión", "real fuerza", entre otros, es ideológica y promueve los mismos vicios políticos. Con esto nos referimos a que la utilización de este tipo de palabras no esclarece el punto de vista, carece de profundidad semántica y significado, por ejemplo al utilizar “pueblo” se está asumiendo que un número indeterminado de personas piensan de una misma forma como una entidad total indiferenciable de la subjetividades particulares, históricas demográficas y contextuales. En esta misma línea Piñera no utiliza la palabra pueblo se refiere a la mayoría. En relación a la ideología consideramos necesario destacar que la toma de la palabra es ideológica, por lo tanto, criticar una ideología es ideológico.
ResponderEliminarSe despiden Rayén N. y Fernando G.